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«Ser felices en el trabajo sólo depende de nosotros», afirma María Jesús Álava

La psicóloga clínica destacó que el pesimismo afecta tanto a la salud de las personas como de las empresas y que se puede aprender a no sufrir

II Foro Pyme Asturias del Banco Popular y La Nueva EspañaOviedo, Pablo CASTAÑO La psicóloga María Jesús Álava puso ayer en pie a casi 200 empresarios y directivos asturianos para enseñarles a controlar la ansiedad mediante la respiración diafragmática. El ejercicio formó parte de la ponencia «La inutilidad del sufrimiento en el trabajo», que impartió Álava durante la celebración del segundo Foro Pyme Asturias, organizado por Popular y LA NUEVA ESPAÑA y que reunió en el hotel de la Reconquista a una amplia representación de la empresa asturiana, con la asistencia del alcalde de Oviedo, Wenceslao López, y el consejero de Empleo, Industria y Turismo, Francisco Blanco. «Sufrir o no en el trabajo, al igual que ser o no felices, sólo depende de nosotros», señaló Álava.

La directora de LA NUEVA ESPAÑA, Ángeles Rivero, y el director regional de Popular, Carlos Durán, abrieron el acto destacando el protagonismo de pequeños y medianos empresarios como motor económico de Asturias y fueron también los encargados de presentar a los dos conferenciantes. En primer lugar, a Fernando Fernández-Kelly, presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo y de la empresa Azvase, que explicó su experiencia al frente de la compañía asturiana de externacionalización de servicios, que cuenta con cerca de 2.000 trabajadores. Y en segundo lugar, a la empresaria María Jesús Álava, que lleva más de 30 años dedicada a la psicología clínica, educativa y de empresa y es autora de libros como «La inutilidad del sufrimiento», con más de 400.000 ejemplares vendidos.

«Ser feliz está en nuestras manos», señaló Álava, que destacó que los empresarios dedican al trabajo, de media, dos tercios del tiempo que pasan despiertos. «¿Alguna vez os han enseñado a disfrutar en el trabajo, a no sufrir?», preguntó la psicóloga a sabiendas de que la respuesta iba a ser negativa. Fue entonces cuando apuntó que las circunstancias y el entorno laboral influyen, pero que son las personas quienes los crean y que, por tanto, son las que tienen el timón, de ahí la importancia «de tener flexibilidad a nivel mental y emocional».

Álava destacó que los estudios señalan que los jubilados y los empresarios son los más felices, «los primeros porque tienen tiempo y los segundos porque no tienen jefes y porque sienten que tienen el control de sus vidas». Sin embargo, señaló que muchos empresarios no son capaces de controlar el sufrimiento en el trabajo, «y eso se transmitirá a la marcha de la empresa y al entorno familiar». Añadió que el pesimismo afecta a la salud física y emocional, pero destacó que se puede trabajar para evitarlo, que se puede aprender a no sufrir por medio de estrategias para aumentar la ilusión, la felicidad, la seguridad y el optimismo. Destacó, entre los errores a evitar por los empresarios: «Sufrir inútilmente dándole vueltas a hechos ya pasados», «expresar todo aquello que nos hace estar peor», «echarle la culpa de lo que pasa a los que nos rodean», «querer arreglar las cosas haciendo cambios drásticos» o «vivir la contrariedad como tragedia». Y como reglas de oro recomendó a los empresarios, en primer lugar, que crean en ellos mismos, «porque son modelo para los trabajadores»; que sean conscientes de que ser felices está en su mano; que hay que convertir cada día en un nuevo aprendizaje; que hay que aprender a ser realistas, conociendo posibilidades y debilidades, y que ante la irritación debe aplicarse autocontrol. Fue entonces cuando Álava puso en pie a los presentes en el salón y juntos practicaron la respiración diafragmática para evitar el bloqueo de la ansiedad. «Si aplicamos los principios de la inutilidad del sufrimiento, conseguiremos que el razonamiento venza a la irracionalidad», destacó Álava.

En el coloquio posterior, a la pregunta de qué pueden hacer los políticos para que los empresarios sean más felices, Álava respondió que los políticos deben ser, sobre todo, «facilitadores, y cuanto menos intervencionistas, mejor».

El acto lo clausuró el alcalde de Oviedo, Wenceslao López, que ante los empresarios se identificó como «un emprendedor social al frente de una empresa muy particular que tiene 800 trabajadores, con una fuerte rigidez para contratar, que se financia con impuestos y que debe revertir el 100% en los ciudadanos».

 

FUENTE: Diario La Nueva España: haz click para ver las fotos y el vídeo del evento

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