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¿Cómo sobrevivir a las vacaciones con mi pareja? Por Leire Bullain

Ahora que están próximas las vacaciones me gustaría hacer referencia a la relación de pareja en esta época estival.
Vacaciones en pareja
Seguramente te has preguntado en más de una ocasión por qué al volver de las vacaciones siempre hay alguien que se separa; amigos, conocidos, famosos…y, ¿si este año me toca a mi?
Las estadísticas nos dicen que 3 de cada 10 parejas que se separan deciden poner fin a la relación después del verano. Si durante el resto del año trabajamos para que la pareja no se deterioré no formaremos parte de esos números pero si no lo hacemos pasaremos a engrosar ese número de parejas que decide terminar con su relación.
Si las cosas no funcionan entre los dos las vacaciones potenciarán el malestar en la relación y acelerará el proceso de la ruptura.
Veamos cuáles pueden ser los motivos por los que al final del verano muchas parejas ponen fin a su relación:
  • Se pasa de vivir unas horas al día  o incluso ninguna  a estar todo el día juntos. La convivencia intensa será el gran chivato de la falta de comunicación y de los problemas sin solucionar a lo largo del año. Las obligaciones y responsabilidades de las que nos hacemos cargo durante el invierno van despistando los problemas de pareja. Los conflictos saldrán a relucir y habrá más tiempo para discutir. Tal vez no sea necesario compartir todo el tiempo entre los dos. Busquemos un tiempo para cada miembro de la pareja y demos importancia a la calidad no a la cantidad.
  • En ocasiones, las vacaciones nos ofrecen una serie de situaciones estresantes para las cuales es conveniente estar preparado. Convivir en espacios pequeños, cambios bruscos de climatología, perdidas de maletas, largas esperas en aeropuertos, carreteras, etc. Negociemos en función de los gustos de los dos. Si buscas tranquilidad, tratemos de evitar al máximo los imprevistos y ajustemos expectativas.
  • Si la convivencia a lo largo del año no es buena y  a este hecho le añadimos que compartiremos las vacaciones con los suegros u otros familiares con los que la relación no es especialmente buena… el resultado puede ser “la gota que rebosa el vaso”. Es importante buscar un espacio de intimidad para la pareja.
  • La rutina del día a día proporciona una estabilidad emocional a las personas (un horario fijo, papeles definidos en el ámbito laboral y domestico…) que no está presente en el periodo estival. Los cambios que se producen durante las vacaciones requieren de una adaptación para la cuál no todas las personas están preparadas. Estemos atentos de cómo nos influye a nosotros esto y realicemos el reajuste familiar    necesario (definamos la tareas domésticas, fijemos unos horarios de comidas y sueño, establezcamos actividades placenteras…)
  • Tomar referencias “falsas” de otras parejas. El periodo estival es un gran momento para poder relajarse y mostrar el lado más atento y divertido de la persona. Pensar que “los otros están siempre así y no tienen conflictos entre sí es una irrealidad”. Plantearnos ese objetivo nos originará frustración y malestar en nuestra pareja. Fijémonos un objetivo realista.
Las vacaciones pueden ser una magnifica oportunidad para hacer fuerte nuestra pareja y recargar pilas para los momentos difíciles que se presenten el resto del año.
Para lograr una buena relación hay que trabajar el cuidado y las atenciones día a día y en ambos sentidos. Si esto no se da y la solución es la ruptura no lo vivas como un fracaso, acéptalo. Puede ser una gran ocasión para vivir de una manera distinta y conocernos mejor a nosotros mismos.
Leire Bullaín

Leire Bullaín

Si la situación nos desborda no esperemos a encontrarnos con un problema mayor, seamos prácticos y hagamos frente a la situación: en nuestra mano está pedir asesoramiento psicológico.

lbullain@www.fundacionalavareyes.com
Tfno. 91 083 77 81
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