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Máster Universitario Oficial en Psicología General Sanitaria Universidad Alfonso X el Sabio

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¿Cómo ayudar a los niños en la adaptación a la guardería? Silvia Álava para Los Tiempos

Por: Laura Martínez Tébar
Fuente: Los  Tiempos

¿Estará mejor cuidado si se queda conmigo? ¿Cómo se relacionará con otros niños? ¿Lo pasará mal sin mí? ¿Estaré haciendo mal? Todas estas preguntas suceden en la mente de muchos padres. Pero la adaptación a la guardería no tiene por qué ser traumática y está en su mano facilitarles el paso hacia esta nueva etapa.

 

 

Sobre esta cuestión, que tan especialmente preocupa a los padres, nos resuelve las dudas Silvia Álava Sordo, psicóloga y directora del área infantil del Centro de Psicología Álava Reyes (España).

Tenemos que pensar que el problema muchas veces es que los padres lo pasan casi peor que los niños”, apunta Silvia Álava.

Según nuestra entrevistada, debemos comprender que “el temor que podemos sentir es innato y lo tenemos que trabajar“. Asimismo, los padres tienen que ser conscientes “de que en muchos casos tienen que reincorporarse al trabajo y no es posible quedarse con ellos; no queda otra”.

En este sentido, la adaptación a la guardería deberá realizarse tanto para los hijos como para los propios padres. “Es bueno que vayan trabajando y madurando sobre esta cuestión desde el principio. Hay que partir de la pregunta: ¿queremos que nuestro hijo vaya a una guardería? ¿Cuáles son los puntos positivos? Y valorar las opciones”, comenta Silvia.

“Es importante que tengas presente que nadie va a querer a tu hijo tanto como tú (su madre o su padre), pero sí que sus cuidadores lo van a cuidar muy bien. No olvidemos que son profesionales“, matiza.

Así pues, resalta que llevar a los niños a la guardería es una muy buena opción para los niños. Adquirirán una mayor autonomía, sus padres podrán reincorporarse a sus trabajos y, además, los pequeños aprenderán muchísimas cosas: Desde socializar e interactuar con otros niños a estar muchísimo mejor preparados cuando vayan al colegio con tres años.

ASPECTOS A CUIDAR PARA UNA BUENA ADAPTACIÓN A LA GUARDERÍA

El proceso va a depender mucho de las características de cada niño. Hay que saber que no todos están preparados. “Hay niños a los que los pediatras recomiendan no llevar porque tienen un sistema inmunológico más débil y contraen muchos virus”, afirma la psicóloga.

No obstante, “a excepción de estos casos, la mayoría están preparados y pueden acudir sin problema y tener una correcta adaptación a la guardería o escuela infantil”, sostiene.

Es muy importante cómo llevamos a nuestro hijo. ¿Llegar a la guardería caminando o en brazos de mamá o papá? Dejar al pequeño a las puertas de la guardería con tristeza infinita “es algo que el niño va a percibir y que les hará echarse a llorar”.

“No nos damos cuenta, pero los bebés tienen una capacidad de observación impresionante y se dan cuenta de nuestras preocupaciones”, señala Silvia Álava.

Así pues, llevar al niño tan abrazado que el educador se lo “tenga que arrancar literalmente de los brazos”, va a ser negativo. Lo ideal es, si el niño ya anda, que llegue andando hasta el centro. Todo ello porque, como afirma Silvia Álava, “la cuestión es darle la máxima naturalizad y desdramatizar”.

Ligado a lo anterior, la experta insiste en que “no puede ser que el niño llegue dormido a la guardería y más tarde se despierte allí”. La sensación de abandono que puede experimentar al despertarse en un sitio completamente extraño estará asegurada.

Se trata de una práctica erróneamente utilizada por muchos padres pensando que es lo mejor para el niño. Según la psicóloga, “aunque dé mucha pena, debemos despertarle y explicarle, por muy pequeño que sea, que vamos a ir esa mañana a la escuela infantil o guardería, que va a estar con más niños, que se lo va a pasar muy bien, etc.”

Generalmente, cada centro posee unos sistemas de adaptación para ir poco a poco. “Hay que respetar los sistemas de adaptación y darles mínimo unos 15 días para ajustarse. Lo más probable es que a los cinco minutos los niños se lo estén pasando fenomenal”, explica la experta.

Por ello, añade: “Es muy importante hablar con los cuidadores sobre cómo pasa el niño el resto del día porque no es lo mismo un niño que se pasa llorando el día entero y que no es capaz de jugar con el resto de compañeros, que un niño que al poco de irse sus padres se le pasa el berrinche”.

Entre los beneficios de las escuelas infantiles destaca el trabajo de la correcta autonomía de los niños.

Una de las bondades resaltada por Silvia Álava es que los profesionales en el cuidado de los pequeños “saben perfectamente cuándo un niño está preparado para hacer control de esfínteres y cuándo lo está para quitarle el pañal, cuándo está preparado para comer solo, cuándo pueden darle cucharadas… o incluso los niños aprenden que después de jugar tienen que guardar todos los juguetes”.

De lo contrario, si un niño se queda en casa “tiene más posibilidades de que se lo hagan todo, ya que los padres se sienten encantados con ello”, advierte.

“Muchos padres creen que sus hijos son más pequeños de lo que en realidad son. Por lo que no se les está exigiendo ni permitiendo que adquieran una autonomía para la que sí están ya preparados”, señala Silvia Álava.

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Inauguración sesiones Alumni MPGS: 20 de diciembre Conferencia D. Antonio Cano

El 20 de diciembre daremos el banderazo de salida a las sesiones Alumni del Máster de Psicología General Sanitaria. Para dar comienzo a esta iniciativa, hemos elegido las fechas Navideñas como antesala de nueva etapa y proyectos para el 2018.

Miércoles 20 de diciembre, a las 19.00h en las instalaciones de la Fundación María Jesús Álava Reyes.

En esta sesión inaugural se realizarán las siguientes actividades:

  • De 19.00 a 20.00 h: Conferencia de Antonio Cano (Presidente de la SEAS y Profesor de la Universidad Complutense de Madrid): “El tratamiento transdiagnóstico de los trastornos mentales comunes”.
  • De 20.00 a 20.30 h: Entrega de premios al “MEJOR PROFESOR DE TEORÍA”, “ALUMNO DESTACADO 2015-2017 Y ALUMNO DESTACADO 2016-2018”
  • 20.30 a 21.00h: Felicitación de Navidad y presentación de las próximas sesiones Alumni por parte de Mª Jesús Álava Reyes.
  • 21.00h: Cierre de la sesiónTodos los alumnos del máster, tanto egresados como en curso estáis invitados, se os pedirá eso sí , confirmación de asistencia mediante la plataforma Eventbrite, que os habrá llegado ya a vuestro correo de alumno.

Os esperamos!!

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Alumnos del MPGS acuden al Congreso Psicología Clínica en Santiago de Compostela

Alumnos de nuestro Máster de Psicología General Sanitaria organizado junto con la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y la AEPC, acuden al X Congreso Internacional y XV Nacional de Psicología Clínica en Santiago de Compostela

Elena Escribano, Ángel Peralbo y alumnos MPGS Álav Reyes

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Silvia Álava: Hablará sobre los derechos de los niños. Live de Facebook en Guiainfantil.com

Lunes 20 de noviembre a las 14h hablaremos sobre los derechos de los niños: el bullying, la violencia dentro del hogar… la pobreza…

Los derechos de los niños no se respetan de igual manera en todos los países. Hablaremos de todo ello en DIRECTO en la página de Facebook y Twitter de Guiainfantil.com

¡Te esperamos!

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Congresos de Psicología Clínica de Santiago de Compostela y de Psicología Infanto-Juvenil

Jornadas de gran actividad en los Congresos Internacionales de Psicología Clínica de Santiago de Compostela y de Psicología Infanto-Juvenil de Sevilla

La Fundación María Jesús Álava y el Centro de Psicología Álava Reyes presentan estos días sus investigaciones en los Congresos Internacionales de Psicología Clínica de Santiago de Compostela y de Psicología Infanto-Juvenil de Sevilla.

Las primeras en intervenir en el Congresos Internacionales de Psicología Clínica de Santiago de Compostela han sido:

  • Sara Ríos con el taller sobre Depresión en niños y adolescentes.
  • Gema Valenzuela con el taller Miedos infantiles: evaluación y tratamiento.

 

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Hablamos sobre los miedos en los niños en el programa Capital Emocional de Capital Radio

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Halloween: ¿Cómo ayudar a los niños con miedo a los monstruos? GuiaInfantil.com

El miedo a los monstruos es muy común entre los niños más pequeños. ¿Cómo podemos ayudarles a superarlo? Te damos algunos consejos:

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Cursos de Técnicas de Estudio y Control de la ansiedad para Niños y Adolescentes

“Si aprendemos a controlar nuestros pensamientos, controlaremos nuestra vida”

Próximas fechas

Edición fin de semana: sábados 4, 18 y 25 de noviembre y 2 de diciembre en horario de 10 a 13 horas

Técnicas de estudio

 Nuestro objetivo es que los estudiantes aprendan a poner en marcha las estrategias y habilidades de estudio necesarias para llevar a cabo un aprendizaje activo, autónomo y con mejores resultados
Al empezar nuestra escolarización nadie nos enseña cómo tenemos que estudiar y es habitual que conforme vamos avanzando en las distintas etapas escolares vayamos aprendiendo y aplicando nuestros propios métodos de estudio. Sin embargo, debido a la elevada exigencia académica que existe hoy en día, es imprescindible contar con un método de estudio eficaz que vaya más allá de la aplicación de estrategias intuitivas y espontáneas que muchas veces son poco eficaces.
Afortunadamente, ¡podemos aprender a estudiar!, y este curso pretende entrenar a los estudiantes en las diferentes estrategias y técnicas de estudio, entendiéndolas como una serie de recursos y habilidades generales que potencian desde aspectos más emocionales como la motivación, a estrategias de tipo cognitivo, pasando por el control de variables ambientales que influyen directamente en nuestra actividad como estudiantes. Si quieres más información sobre cómo puedes aprender a gestionar mejor tu tiempo de estudio de un modo práctico y eficaz, haz clic en el botón correspondiente.
 Pincha en el enlace para leer toda la información:

 

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Ser padres en el Siglo XXI. Colaboración con el diario El Norte de Castilla

Aspirar a ser progenitores excelentes lleva a la frustración y la culpa. Las ‘malasmadres’ combaten la presión social que obliga a alcanzar la perfección

El buen padre (o madre) tiene autoridad, pero resulta cariñoso y dialogante. Es abnegado y dedica a sus hijos tiempo de calidad, si bien cultiva aficiones como la lectura o el deporte, porque educa con el ejemplo. Jamás pierde el control y logra que los niños sean corteses, aplicados y virtuosos sin levantar la voz ni, por supuesto, dar un cachete. En resumen, en los hogares donde los progenitores son perfectos, los hijos también lo son. Y la convivencia va siempre como la seda. Solo hay un pequeño, minúsculo problema: los padres perfectos no existen. «Debemos ser los mejores padres posibles: los que nuestros hijos necesitan», advierte la psicóloga Silvia Álava.

«Cuidado con las metas que nos ponemos: a veces son inalcanzables» Silvia Álava, Psicóloga

¿Significa eso que podemos relajarnos y dejar que el mundo se encargue de hacer de nuestros retoños personas de provecho? Claro que no. El filósofo y maestro Gregorio Luri acaba de publicar su último libro, ‘Elogio de las familias sensatamente imperfectas’ (ed. Ariel). «Los niños tienen derecho a tener unos padres imperfectos, a ser frustrados y a conocer los adverbios de negación», resume. O sea, a que les digan ‘no’ cuando haga falta y sin complejos.

Silvia Álava - Libros

Él lo expone con ironía. «Para ser una familia perfecta, ayudaría mucho tener el segundo hijo antes que el primero», asegura. También sería conveniente que los niños nacieran «con más sentido común que energía», tener todo el tiempo del mundo para dedicarles y poder programar los estados de ánimo, de modo que, al llegar de la escuela, nos encontrasen relajados, abiertos y ocurrentes. Mientras eso no sea posible –y no tiene visos de serlo–, hay que asumir la cruda realidad: antes de tener descendencia, nadie tiene la más remota idea de qué hacer. Dado que la perfección es inalcanzable, razona el filósofo, conformémonos con lo que está justo debajo: la imperfección sensata.

Lo que dicen los expertos:

CINCO CONDUCTAS TÍPICAS
La Asociación Americana de Pediatría recuerda en su blog HealthyChildren.org que los niños presentan a menudo comportamientos que a sus padres les resultan «difíciles»: desobedecen órdenes sencillas, evitan tareas, pasan mucho tiempo frente a la tele, la consola o el móvil, se pelean con sus hermanos o se eternizan haciendo sus deberes. Ante eso, señalan los expertos, es normal sentirse «preocupado, confundido, enojado, culpable, abrumado e incompetente»
MIRAR AL PASADO
Una buena estrategia para no enfadarse es recordar cómo era uno mismo de niño y cómo eran sus padres. Nadie era perfecto, ¿verdad? Todo el mundo comete errores; va en el ser humano.
NO SER SOLO PADRE
Enfocarse excesivamente en la crianza de los hijos, sin darse espacio para dedicarse a otras actividades y mantener otras relaciones afectivas, es una actitud cada vez más común entre los progenitores que solo conduce al fracaso y la frustración.
HUMOR E INSTINTO
Ante todo, no dramatizar: «Consuélese con saber que, en la gran mayoría de los casos, los niños salen bien. Entre tanto, mantenga su sentido del humor, confíe en sus instintos y busque ayuda».

Álava también aborda el asunto en su libro ‘Queremos que crezcan felices’ (ed. JDEJ). «Hay que tener mucho cuidado con las metas que nos proponemos, porque a veces son imposibles –advierte–. A menudo proyectamos en los hijos nuestras frustraciones, y pretendemos que estudien un instrumento o practiquen un deporte que a nosotros nos gusta, pero a ellos, no».

La presión sobre los progenitores es hoy terrible. «Educar nunca ha sido fácil», admite el experto, quien asegura que «una tablilla sumeria escrita hace 3.700 años recoge una discusión entre un padre y un hijo en torno a los deberes escolares». Lo que es nuevo, añade, «es la cantidad de expertos que se dirigen hoy a las familias diciéndoles cómo tienen que hacer las cosas». Una búsqueda somera de manuales para ser buenos padres basta para hacerse una idea. Los hay a cientos. Internet multiplica por mil ese bombardeo de información. La cantidad de sitios y blogs que prometen convertir a sus lectores en profesionales de la paternidad es mareante. Y sus consejos, supuestamente infalibles, son a menudo contradictorios. Los padres nadan en un mar de dudas. ¿Leche materna o biberón? ¿Colecho o cuna? Las actividades extraescolares, ¿son enriquecedoras o estresantes? ¿Cuántas raciones de verdura necesita un chaval para crecer sano? Con los adolescentes, ¿funciona mejor la mano dura que la negociación?

Tenemos menos hijos, más tarde, y el mundo es más competitivo. Educar no es un concurso, pero a menudo lo parece: las familias tienden a compararse con otras, como si hubiera premio para las que críen los mejores ejemplares. El consumismo hace el resto. «Nos bombardean con las cosas que el niño necesita», resalta Álava. La presión del grupo hace sentir mal a quien no compra el móvil, el juego o la ropa que ‘todo el mundo tiene’. Y quizás acierta quien va a contracorriente. Porque lo que necesitan los niños no es de marca: es el amor de su familia.

Hiperpadres y ‘colegas’

Cuanto mayor es la aspiración a la excelencia, más probabilidades de cometer errores. En algunas ocasiones, los progenitores que pretenden ser extraordinarios resultan sofocantes: son los ‘hiperpadres’, siempre encima de sus vástagos, protegiéndoles de todo problema, obstáculo y frustración. «Hay que preparar a tu hijo para el camino, no el camino para tu hijo», recuerda la psicóloga.

Otros, en su intento de huir de su propia infancia, abandonan el rol paterno y fingen ser ‘colegas’ de sus hijos. «Los niños tendrán muchos amigos, pero solo un padre y una madre –advierte la experta–. Hay que acompañarles para que aprendan a resolver las cosas por sí mismos».

Y es conveniente no flagelarse por los errores cometidos. «Los padres de antes hacían lo que creían que tenían que hacer y pasaban página. Los de ahora llevan dentro un Pepito Grillo», asegura Luri. Les horroriza la idea de hacerlo mal. Si imponen disciplina, se machacan por ser demasiado autoritarios. Si dialogan, temen haberse pasado de indolentes.

Con las mujeres es aún peor. Ciertos medios de comunicación proponen un modelo de madre imposible, que es capaz de cumplir sus obligaciones laborales, cocinar deliciosas recetas caseras, mantener la casa en perfecto estado de revista, ser un cálido refugio para su prole, atesorar la sabiduría de un doctor en Pedagogía y, además, parecer una modelo. «Tenemos una imagen arraigada culturalmente de lo que es ser madre que no es real y nos hace sentir culpa y frustración –afirma Laura Baena, fundadora del Club de las Malasmadres, una comunidad virtual con cientos de miles de seguidoras–. El club nació con mucho humor, de reírnos de nuestros intentos fallidos por ser esa madre perfecta, y con una lucha social: la conciliación».

«Somos reales: con sueño, poco tiempo libre y ganas de cambiar el mundo» Laura baena, fundardora del club de las ‘malasmadres’

El problema, coinciden Luri y Baena, es que las féminas han salido al mercado laboral, pero la mayoría de los hombres no ha entrado en casa. No lo suficiente. Muchas renuncian a su carrera profesional por la maternidad; en ellos es raro. «Mamá no sabe hacer croquetas, pero de noche me lleva a la Luna», reza una camiseta diseñada por el club. Las ‘malasmadres’ reniegan de ‘superwoman’. «Somos madres reales: con mucho sueño, poco tiempo libre, alergia a la ñoñería y ganas de cambiar el mundo –proclama esta creativa publicitaria–. Somos las mejores madres que podemos ser».

El filósofo reivindica el humor y el sentido común. «Me parece esencial bajarse los humos, reírse de las propias incapacidades. Ese padre que se toma tan en serio, que se castiga dándose cabezazos contra la realidad, me parece muy dramático. El irónico dice: ‘He metido la pata, a ver qué aprendo de esto’». «La familia es un ámbito cargado afectivamente, muy intenso. Podemos herirnos de una manera cruel; nadie sabe cómo hundir a una persona mejor que su hermano. Por eso hay problemas de convivencia. La persona sensata no es la que no tiene problemas, sino la que es capaz de afrontarlos sin demasiadas gesticulaciones, sin gritos, con una cierta confianza en sí mismo».

«Ser una familia normal es un chollo. Hay que bajarse los humos»

Luri, que ya es abuelo, admite que no habría podido escribir este libro cuando tenía en casa un par de adolescentes: «Habría sido hipócrita, porque entonces tenía más preguntas que respuestas». Reconoce haber cometido errores de bulto, fallos «sonrojantes». «Si lo que has hecho mal no parece que haya dejado heridas y lo que has hecho bien permite mantener los lazos… es para estar contento», concluye. «Ser una familia normal e imperfecta es un chollo: hacerse adulto es aprender a querer a alguien que merece ser querido a pesar de sus imperfecciones».

FUENTE: www.elnortedecastilla.es